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Producción porcina: del campo a la mesa

La ingeniera agrónoma Eloisa Pochettino cría cerdos y produce granos para la alimentación, armó una carnicería en la que comercializa carne fresca en Venado Tuerto y también fabrica chacinados con marca propia. Integrar para crecer

“Como ingenieros agrónomos tenemos muchas herramientas para ir generando diferentes situaciones en producciones alternativas”, aseguró la ingeniera agrónoma Eloisa Pochettino (Mat. 82-4-0215), que desde hace un par de año se dedica a la “apasionante” producción porcina integrada.

La producción de cerdos está en el ADN de Eloisa, su familia siempre estuvo en la actividad, pero esta ingeniera agrónoma nacida en Murphy fue por más y con su impronta personal armó un proyecto para poder ser parte de toda la cadena porcina hasta llevar el producto a la mesa.

El agregado de valor es la estrella de la historia. En campos, que alquila, produce el grano que luego servirá de alimento para los cerdos que cría y en una carnicería que instaló en la localidad de Venado Tuerto vende carne fresca al público y fabrica chacinados bajo la marca DruPoc que se comercializan en pequeños comercios de la región.

“Comencé alquilando campos, después se incorporó el criadero de cerdos y lo empecé a poblar. Hoy tengo la producción de los granos para el criadero de cerdos y en el 2019 pusimos una carnicería para hacer chacinados. Hago trigo, soja y maíz en todos los lotes y casi todo lo uso para consumo y a veces hago canje o para expeller. La idea es usar todo el grano para los cerdos”, relató. El emprendimiento que cuenta con 180 madres y con un manejo intensivo llega a una producción 95 capones por semana en los campos en Murphy, una zona casi exclusivamente agrícola lo cual le imprime un desafío mayor.

Eloisa explicó que al trabajar campos alquilados tenía mucha inestabilidad, pero cuando comenzó a integrar esa inestabilidad se fue diluyendo. “Tenés mucho más trabajo pero vas poniendo los huevos en distintas canastas, como se dice comúnmente. El valor agregado es atrapante.  No hay que tener miedo, sé que los números del campo por ahí asustan cuando sos joven porque los ves y están todos en dólares pero una vez que te metes todo va circulando”, subrayó.

El 2021 viene recargado de más proyectos. Eloisa contó que están trabajando para instalar una fábrica de chacinados -en un espacio independiente de la carnicería- más amplio y con mayor capacidad de producción para ganar mayor participación en el mercado santafesino y también por otras latitudes.

“Soy hija de productor de cerdo y toda la vida estuve en las carneadas viendo eso y quería transmitir todas las recetas de mis abuelos. Disfrutaba muchísimo esos eventos que hoy prácticamente desaparecieron la zona”, recordó Eloisa, quien por sus raíces familiares tras finalizar la carrera en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y trabajar en el Inta Oliveros realizó una especialización en producción porcina.  

Actualmente el 70% de la producción de cerdos la utilizan en la carnicería propia y el resto lo venden a los frigoríficos, como por ejemplo Coto. “Mi idea es poder llevar todo a mí producción y venderla. De todas maneras es un crecimiento paulatino, te tiene que conocer la gente”, narró Eloisa sobre el futuro de Drupoc, la marca que nació como una síntesis de su apellido y del su esposo -Drueta- que también forma parte del proyecto. 

Eloisa contó que el agregado de valor comenzó con los frescos por una cuestión financiera, para tener disponibilidad de dinero más rápido. Los chacinados, en cambio, llevan su tiempo y por lo tanto los fondos están inmovilizados. En un frigorífico de Venado Tuerto se faenan los cerdos y las medias reses las procesan en el local que cuenta con venta al público, además de un espacio para fabricar los chacinados.

“Integramos para crecer. Nos pareció muy buena idea sumar la carnicería y hoy estamos empezando con los chacinados y queremos armar un lugar separado de la carnicería, hacer una fábrica de chacinados. El proyecto para el 2021 sería armar un establecimiento de chacinados separado de la carnicería porque ahí se hace muy poquito. Parar salir a ofrecer tenemos que tener cantidad”, precisó Eloisa para quien “la producción de cerdo tiene su intensidad y te tiene que gustar”. 

El último paso son los chacinados, pero todo el proceso comienza con el grano. Eloisa siembra trigo, maíz y soja y realiza todo el manejo de los cultivos que se transforman en su mayor parte en la alimentación de los cerdos. “Yo hago todo el manejo, elijo, y en algún momento hasta usado trigo cuando no he tenido maíz por qué hubo inundaciones. Como ingenieros agrónomos tenemos muchas herramientas para ir generando diferentes situaciones en producciones alternativas. Me encanta, soy una apasionada”, resaltó Eloisa al tiempo que también destacó la evolución genética que tuvo la carne de cerdo en los últimos años que permitió contar con una carne magra, un nuevo sabor y textura que el consumidor aprecia mucho. 

Un tema que surgió en la chala es el papel de la mujer en el campo, algo que está muy presente para Eloisa. “Tenemos que ser el 200%”, subrayó y planteó que por eso es fundamental la capacitación, para superarse todo el tiempo y avanzar en “este lugar que es más varonil”.

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