El ingeniero agrónomo Santiago Tourn (MP 00153 CIAFBA) trabaja en capacitación para optimizar el uso de los equipos.
Tecnología de avanzada y capacitación a profesionales y operarios pueden optimizar el uso de fertilizantes en el sector agrícola argentino, que tuvo un importante salto en la adopción de esas innovaciones, pero todavía puede crecer mucho más desde el desarrollo del factor humano. “Hubo muchos avances en estos últimos tiempos en tecnología, pero es necesario optimizar su uso. La tecnología está buenísima, pero sola no puede”. Así lo explica el Ingeniero Agrónomo Santiago Tourn (MP 00153 CIAFBA), profesor de Mecanización Agrícola en la Universidad Nacional de Mar del Plata y fundador de la consultora Mecatech, quien hace pocas semanas participó de una capacitación a profesionales en Venado Tuerto el marco de las actividades del CIASFE.
¿Cuál ha sido tu recorrido profesional hasta ahora?
Soy ingeniero agrónomo graduado en Balcarce, una facultad que depende de la Universidad Nacional de Mar del Plata. A nivel de actividad académica soy docente de mecanización agrícola desde hace 10 años y soy doctor en Ciencias Agrarias. En la actualidad me dedico también a mi consultora en mecanización, Mecatech, que fundé hace un año. En el marco de mi desarrollo profesional por fuera de la facultad brindo charlas y capacitaciones como la que hicimos con el Ciasfe.
¿Cómo podrías describir la foto de hoy del sector en relación a la fertilización?
La realidad es que la fertilización sólida es muy importante, con un avance también muy importante de la fertilización líquida, esas son las dos principales formas de fertilizar los suelos- a nivel de maquinaria se ha ido evolucionado mucho, en últimos 5 años hubo una gran evolución y tenemos cada vez mejores máquinas, algo que en cambio no ha ocurrido con la calidad del fertilizante. Creo que un punto flaco es la calidad de los fertilizantes, eso depende mucho de cómo se lo transporta y de la logística, y entonces su calidad es muy variable. Yo diría que, muchas veces, es la principal limitante que tenemos en este rubro.
¿Cómo evaluás al recurso humano en general?
El capital humano es muy variable también, no hay que olvidar que la gente que opera las máquinas tiene que estar muy capacitada. Creo que estamos a mitad de tiro en la curva de conocimiento, no estamos en la fosa, pero hay muchas cosas para mejorar aún, sobre todo en capacitación del personal y calidad de fertilizantes, que están por debajo de la calidad que han ido adquiriendo las máquinas. Tenemos mucho camino por delante, pero creo que en pocos años tendremos todo. A pesar de los avances tecnológicos la fertilización siempre depende mucho de decisiones de personas, que son las que deciden qué aplicar, cómo y cuándo.
¿El productor tiene plena conciencia de la importancia de una buena fertilización?
Sin duda que el productor grande, mediano o chico sabe que tiene que fertilizar, porque si no extrae más de lo que aporta y hace minería, todos están convencidos de eso y queda muy poca gente que no lo hace. El tema pasa por saber cómo se hace o cuánto conocen del proceso. La realidad es que hay muy pocos productores que hacen muestreos de suelos, yo diría que el 70% de las aplicaciones no vienen de una recomendación por parte de un laboratorio o un especialista, y entonces muchas veces se aplica una dosis determinada por la costumbre, pero sin un análisis previo del suelo. El diagnóstico puede ayudar a mejorar mucho.
¿Poder reflexionar sobre eso es la base de tus capacitaciones?
Me parece que en líneas generales no se le está dando la suficiente importancia a la calidad de la fertilización. Una vez que se carga el producto en la máquina el productor tiende a desentenderse y a darle la responsabilidad al operario, al que le toca la parte más importante. Dentro de la profesión hay técnicos muy especializados y que se están metiendo en este tema, pero todavía son muy pocos. Creo que hay una brecha muy grande y que hay profesionales que no se acercan a las maquinas porque no las entienden o no se sienten cómodos, mientras que otros se involucran en todo el proceso. Es importante que el profesional se involucre y se meta en ese proceso, porque falta todavía esa adopción de la tecnología. A veces, como son procesos que llevan tiempo, se ataja lo urgente y no lo importante y ese tipo de tareas quedan en un segundo plano, porque siempre aparece algo más urgentes, pero después cuando se ven los resultados de una baja calidad de aplicación se justifica el tiempo dedicado a ese proceso. Finalmente, creo que las universidades no están atacando con tanta profundidad el tema de las fertilizaciones, creo que no se ve con tanta profundidad.
¿Cuánto influye la tecnología en la evolución de este proceso?
Sin duda hubo muchos avances en estos últimos tiempos en calidad de la tecnología. Era un rubro muy atrasado y hoy los equipos han mejorado muchísimo, pero es necesario que las personas y los operarios los entiendan, porque todavía estamos usando el 30 o el 40% del poder de la tecnología. Además de entender la tecnología hay que poder hacer docencia con el aplicador y ayudarlo a interpretar lo que dice el monitor en tiempo real. En síntesis: la tecnología está buenísima, pero sola no puede. El profesional tiene que estar más encima, tiene que estar ahí y dar ese salto para entender mejor todo el proceso. Esa es la idea de las capacitaciones que hacemos.
El factor humano sigue teniendo peso…
Es que no alcanza con tener un robot, porque si bien la tecnología simplifica, debe ser validada por un humano, porque hay que controlarla y entenderla y saber losa cambios que hace. Hay que entender lo que hace la tecnología para poder ajustar y calibrar las máquinas.
¿Cómo viene esta campaña en cuanto a fertilización?
Si bien ya pasó la fertilización de la fina, ahora que viene el maíz hay que revisar las maquinas, hacer una revisión de las dosis y su distribución, porque si eso no se hace bien puede generar hasta un 40% de pérdidas de rendimientos. Hay q hacer un análisis de eso porque se justifica trabajar en eso, hay que adquirir mejor tecnología y trabajar para que su impacto mejore todo el proceso.