El nuevo presidente de la entidad, Mariano Raimondo (MAT 274), repasó las principales líneas de trabajo de la Federación.
Reforzar el diálogo con los Consejos y Colegios Provinciales, insistir con la obligación de la matriculación, jerarquizar la profesión y dar lugar a las nuevas demandas son algunos de los ejes de la nueva gestión de la Fadia (Federación Argentina de la Ingeniería Agronómica), cuyo nuevo presidente Mariano Raimondo (MAT 274, CIPIACH) busca promover “una construcción plural y participativa” para así poder “incrementar el valor estratégico de los Ingenieros Agrónomos”, según consta en el plan de gestión para 2023/2025.
En una entrevista con Agrovisión, Raimondo repasó las principales ideas sobre las cuáles la entidad trabajará durante los próximos años.
¿Cuál ha sido su recorrido profesional hasta ahora?
Tengo casi 40 años de profesión, estuve en empresas multinacionales y luego por mi cuenta, tuve agroquímica, hice agricultura, asesoramiento, de todo en el ámbito de lo privado, nunca estuve en la función pública. Para despuntar el vicio hace 27 años que soy profesor en la facultad (en la UNNE y en la Universidad Nacional del Chaco Austral) donde doy la misma materia que lo que hago en la práctica: soy especialista en girasol, soja y algodón. En el Consejo de ingenieros agrónomos del Chaco ocupé diferentes cargos durante 20 años, en la Fadia un poco menos, pero hace por los menos 17 o 18 años que participo. Con las cambiantes comisiones que hubo a lo largo de los años, siempre estuve representando al Chaco.
¿Cuáles van a ser sus grandes líneas de gestión desde la Fadia?
En líneas generales es una continuación del cambio importante que comenzó hace 4 años, trataremos de profundizar en lo pendiente. Se trabajó fuerte en publicidad y eso fue fundamental, porque era una falencia histórica de los ingenieros agrónomos la divulgación de lo que se hace. Se siguió una línea y hoy a la Fadia se la conoce desde la política, lo gremial, entidades ruralistas e instituciones, gracias a ese trabajo. Puertas afuera queremos seguir con eso.
¿Y hacia adentro?
Hacia dentro nos quedaron algunas deudas pendientes, hay muchas diferencias entre los Colegios, mientras algunos avanzan fuertemente y están consolidados como Córdoba o Santa Fe, otros todavía están buscando su camino. Falta más colaboración de la gente joven, esa quizá sea una falencia del mismo colegio, aunque no me parece que sea un problema exclusivo de la profesión. El tema de la matriculación es muy clave y no pasa por la plata, yo no alcanzo a descubrir después de tantos años porqué cuesta tanto ya que debería ser algo espontáneo matricularse después de recibirse. Para poder trabajar hay que tener ese respaldo, pero por alguna razón siempre fue muy mal recibido. Es un problema de llegada y creo también de falta de compromiso de la gente más joven, pero es un tema remanido y viejo.
Además de la matriculación, ¿sobre qué otros ejes piensan trabajar?
La idea es trabajar hacia adentro con cosas que van a ayudar como la receta agronómica y la certificación de tarea, que son obligatorias por ley. En algunos lugares no se aplican bien por diferentes razones, el tema de la receta puede ser la punta del hilo que comience a interesar a los colegas, hay que trabajar ahí y con la posibilidad de que la receta sea obligatoria en todas las provincias. Pero el fuerte del trabajo será con la matriculación, porque todavía hay un porcentaje importante de colegas no matriculados a nivel país, así que seguiremos trabajando e insistiendo fuertemente sobre eso.
¿Van a trabajar también en capacitación?
La parte de capacitación se hace en cada Colegio según las actividades de cada uno, es parte de una oferta que se hace justamente contra el pago de una matrícula. Es un pedido de siempre el de más capacitación. Los concejos para complementar eso hacen capacitaciones y jornadas, inclusive la misma Fadia, para la cual la capacitación es una bandera. Vamos a continuar con eso, pero nos gustaría un mayor compromiso de una mayor cantidad de gente.
¿Cuál es el papel de la Fadia y de los profesionales en relación al cuidado del ambiente, que hoy es una demanda social creciente?
La profesión siempre tuvo la pata social y la ambiental, lo que pudo haber pasado es que en algún momento no lo visualizamos correctamente, pero el ingeniero agrónomo es sinónimo de protección del ambiente, aunque algunos colegas no lo tengan tan claro. Pero el sinónimo de ingeniero agrónomo es protección del ambiente, debemos ser los más conscientes de esto y de que tiene que haber un equilibrio, esto fue siempre así.
¿Qué papel ocupa la actualización tecnológica en su agenda?
La dinámica agropecuaria es infernal, la tecnología está y eso avanza todo el tiempo, mundialmente no tenemos nada que envidiar a ningún país. El problema es que
hacemos agricultura, pero no podemos decir que somos un país agrícola porque no tenemos políticas agrícolas, a pesar de que es nuestra principal entrada de divisas. No le damos la importancia que vemos en los vecinos como Brasil o Paraguay. Nosotros producimos igual o a veces incluso mejor, pero sin políticas agrícolas, y eso hace que cada paso cuesta mucho más porque no hay organización. Ahí tenemos que hacer un mea culpa los ingenieros agrónomos y no echar toda la culpa a otros, porque nuestra falta de empuje nos hace decir que también somos responsables de esta desorganización. Somos pocos, se trabaja a pulmón y a eso lo tienen que comprender el resto de los colegas. Hay que tratar de tener un mismo horizonte, sabemos que hay que empujar para el mismo lado pero nos falta fuerza aún.