Con la intención de explorar cuál debe ser el rol del Colegio en relación a las capacitaciones y la formación profesional, comparto algunas disyuntivas, que desde luego no tienen respuesta, precisamente, porque el objetivo de este texto es promover la reflexión y el diálogo.
Todos asumimos que la capacitación tiene por cometido fortalecer los conocimientos para mejorar la aptitud al abordar el mercado. Pero, al mismo tiempo, no tenemos en claro cuáles serán las demandas que planteará ese mercado, cuáles serán los puestos del futuro o qué competencias van a ser necesarias para insertarse.
Si tenemos en claro las condiciones y el contexto en que tendrán lugar: resulta evidente la tendencia hacia la precariedad y la desregulación del mercado laboral, lo que tendrá como resultado una demanda de profesionales cada vez más adaptables, flexibles y resilientes. Nos movemos en un terreno resbaladizo, por momentos, indescifrable.
Aprender competencias sin reflexionar por qué y para qué se hace, limitándonos a formarnos en la simple ejecución de tareas, nos lleva a conformarnos con una visión meramente utilitarista de la capacitación, que impide avanzar en la construcción de conocimiento. Competencias que no son en principio negativas, pues persistencia, constancia o el esfuerzo son clave para alcanzar cualquier meta profesional.
Pero distinto es que, a partir de nuestro accionar institucional, mediante la capacitación terminemos fortaleciendo la figura de un Ingeniero Agrónomo moldeable y adaptable a todo tipo de circunstancias, lo que será muy positivo para parte del sector empresario, pero no creo que lo sea para la sociedad.
Nuestro rol institucional no puede ser meramente reactivo; es decir, no debe ser el de una organización sometida a los dictámenes del mercado y a las desideratas de las empresas.
Por eso pienso que tal vez, sea el momento de incorporar en nuestras capacitaciones algunos saberes teóricos, principios básicos o teorías fundamentales, que ofrezcan un marco de referencia desde donde poder explorar y aplicar nuevas ideas y, paradójicamente, desarrollar nuevas competencias que nos constituyan en un actor social que provoque cambios de paradigma, estimulando acciones para el progreso del conjunto de la sociedad y reivindicando los movimientos que sean oportunos.
Así, y para citar algunas de las tendencias en las cuales creo se desarrollará la agronomía del futuro, podemos mencionar que, para países como Argentina, las negociaciones ambientales se transformaron tanto en una oportunidad (opciones de financiamiento, mercados de carbono, potencial de captura de emisiones) como una amenaza latente (compromisos demasiado ambiciosos, barreras paraarancelarias, impuestos al carbono, certificación de procesos, reducción en el uso de fitosanitarios).
Ante esas expectativas para la agricultura y la seguridad alimentaria, tenemos que trabajar para poder transformar el sector, para poder responder a los retos del cambio climático conociendo y desarrollando estrategias de adaptación, aquellas vinculadas a la conservación y la gestión del suelo, agua, biodiversidad, la diversificación de cultivos, la de agricultura climáticamente inteligente, los sistemas de alerta temprana, habilidades para el cálculo y reducción de la huella de carbono.
Particularmente hoy, y solamente a modo de traer a este texto al día a día (aunque tal vez sea tendencia) vivimos situaciones críticas como es la falta de insumos básicos, cuando, si actuáramos de acuerdo con lo que venimos exponiendo, la respuesta institucional debería ser, como reaccionamos, para por ejemplo, mejorar la proporción entre la energía fósil utilizada (esa almacenada desde hace millones de años) y la energía cosechada, gestión de nutrientes que vaya más allá de la reposición a través de fertilizantes, como reducimos las islas de calor en las áreas urbanas, y tantísimos más.
En definitiva, se trata de asumir que como Ingenieros Agrónomos nuestra responsabilidad es mejorar los niveles productivos, de calidad de vida, siendo responsables de la gestión de los BIENES COMUNES.
Al comienzo planteaba la reflexión y el diálogo, quienes estén interesados en participar de un conversatorio al efecto, sugerimos enviar una comunicación al mail, biani2007@gmail.com, para coordinar una reunión virtual al efecto.
Ricardo Biani
Matrícula 20.693