En Argentina el cultivo de batata perdió protagonismo por la siembra de variedades resistentes a enfermedades, pero de menor valor culinario. En el noreste de Santa Fe hace cinco años se comenzó a trabajar en la problemática sanitaria y productiva de esta planta y hoy los resultados entusiasman a los productores.
Batata, bataca, boniato, buniato, camote, moniato, minina, papa dulce o chaco son algunos de los nombres con los que se reconoce a la Ipomoea batatas, esta raíz tuberosa deliciosa y nutritiva que convierte a una comida en un gran plato. En Argentina el cultivo de batata perdió terreno por la siembra de variedades resistentes a enfermedades, pero de menor valor culinario, y esto redujo sustancialmente el consumo de batatas a nivel nacional. Detectada la situación, en la zona del noreste de la provincia de Santa Fe hace cinco años se comenzó a trabajar en la problemática sanitaria y productiva de esta planta de la familia Convolvulaceas y hoy con la introducción de nuevas variedades de batatas libres de virus se están obteniendo resultados que entusiasman a los productores.
El Ing. Agr. Mario Alberto Gerber (Mat.82- 3-0040) contó detalles del proyecto que se viene llevando adelante para recuperar la producción de batata, cultivo que en otras épocas supo concentrar unas 3 mil hectáreas a nivel nacional -principalmente en la zona norte de Santa Fe, la localidad de San Pedro en Buenos Aires y en las provincias de Córdoba y Formosa- y hoy ronda las 2 mil hectáreas, pero con mejor estándar de rendimiento y calidad luego de realizar ciertos cambios.
En el marco de un convenio técnico productivo entre el Inta Reconquista y la Cooperativa Agropecuaria de Malabrigo Ltda. Comenzó a trabajar desde hace más de 5 años conjuntamente con un grupo de productores de batatas de la zona del noreste de la provincia de Santa Fe en la problemática sanitaria y productiva del cultivo de batata. “Este grupo de productores, con el apoyo de estas dos instituciones y agrupados en Cambio Rural se plantearon investigar y llevar adelante un trabajo a largo plazo para mejorar la producción de batatas, tanto en calidad y como en cantidad”, relató sobre la iniciativa.
Al comenzar el proyecto, se visitaron las zonas productoras de batatas a nivel nacional, los centros de investigación en el tema, universidades, institutos de sanidad vegetal e institutos de investigación. Gerber contó que al finalizar esta etapa “se concluyó enfáticamente que el problema sanitario del cultivo de la batata a nivel regional era la presencia de virus”. Dichos virus fueron identificados y estudiados en sus máximos detalles ya que estos se expresan en formas aisladas o en forma sinérgicas.
“Estas enfermedades virósicas hicieron desaparecen las variedades emblemáticas que plantaban en la región y obligaron al productor hacer variedades menos sensibles a estos patógeno pero que lamentablemente son de menor valor culinario. Esto produjo una reducción sustancial del consumo de batatas a nivel nacional”, explicó el ingeniero agrónomo a cargo del grupo “Horticultores de la costa” que tomó la posta de la multiplicación de plantines de batatas saneados.
El escenario productivo se completó con siembras que se restringieron a unas pocas variedades comerciales, lo cual disminuyo la oferta de diferentes tipos de batatas. “Vimos que el virus producía una deformación del bulbo y eso diezmaba la producción. El productor buscó variedades resistentes al virus, pero la variedad de la línea de Uruguay que se adopto era una variedad que se destinaba principalmente a consumo animal y no era ideal para consumo humano, su calidad culinaria no era adecuada, entonces la demanda cayó considerablemente”, precisó.
El equipo de trabajo determinó que la solución a la problemática era la “introducción de nuevas variedades de batatas libres de virus y su multiplicación en condiciones controladas para que el productor pueda hacer su semillero destinados a la producción comercial”.
“Desde entonces se viene realizando este trabajo con muy pocos recursos y en forma casi artesanal en pequeñas estructuras tipo invernaderos protegido con mallas antiáfidos”, detalló Gerber, al tiempo que contó que los plantines originales libres de virus son comprados en el Instituto de Patología Vegetal de Córdoba dependientes del Inta, dirigida por la ingeniera Liliana Di Feo.
El ingeniero agrónomo resaltó que “los resultados obtenidos a campo son excelentes por lo que nos motiva a seguir trabajando en esta línea”. Mejoraron notablemente los rendimientos, pasaron de 20 a 30 toneladas por hectáreas
Ante tan prometedor horizonte los plantines saneados son vendidos a todos los productores de batatas de la región e incluso son enviados a otras provincias, como Formosa, Chaco y Córdoba.
“Gracias a este proyecto logramos que el cultivo permanezca en la zona, cuando la tendencia era a disminuir y desparecer. Tal vez se hace la misma superficie pero con mejor calidad, hay una tendencia al cambio al sistema productivo. Antes el productor tal vez hacía más cantidad y no prestaba atención a la calidad. Hoy hace menos y mejor”, apuntó el coordinador del grupo “Horticultores de la costa”.
Gerber contó que el trabajo realizando es ejemplo a nivel nacional, situación que se reflejó con la visita el año pasado la visita del Coordinadores Territorial de Cambio Rural y recientemente la visita del Coordinador Nacional de Cambio Rural. “Actualmente tenemos 18 variedades disponibles que estamos probando y ensayando a campo con el Inta Reconquista”, comentó entusiasmado con que se recupere el consumo de batata que en algún momento supo estar en 20 kilos per cápita y hoy ronda los 4 o 5 kilos según estimaciones privadas y en tiempos de pandemia, “quedate en casa” y más tiempo para elaborar comidas en el hogar recuperó protagonismo en la mesa de los argentinos.
Las perspectivas son más que alentadoras y en la zona hay muchas ganas de continuar avanzado en la producción de batata con calidad y sanidad. Gerber planteó algunas necesidades para el corto plazo. “Todo lo expuesto anteriormente nos compromete a seguir trabajando es este sentido y necesitamos tecnificar la multiplicación de plantines. Necesitaríamos ayuda económica para la construcción de un módulo de multiplicación protegido con mallas antiáfidos”, planteó el ingeniero agrónomo, quien recordó que en septiembre de 2013 se realizó la construcción de invernadero en sucursal Romang de la Confederación Argentina de Mutualidades (CAM) para multiplicar los primeros brotes de batatas con Sanidad Controlada. Comienza funcionamiento de la plantinera de especies hortícolas.
Gerber destacó que actualmente los productores están produciendo variedades de mayor aceptación culinaria, muchos se volcaron a las variedades de pulpa anaranjada que son mucho más dulces y sabrosas y desde el punto de vista nutricional son superiores y son de variedad apta de exportación. En cuanto a las oportunidades que se abren mencionó que en septiembre pasado el Inta El Colorado de Formosa y la empresa Barfoots lograron el primer envío de dos containers de batata a Inglaterra.
Problemática
El “encrespamiento amarillo” (EA), la virosis de batata de mayor gravedad hasta el presente, es ocasionada por: Sweetpotatofeatherymottle virus (SPFMV), Sweetpotato virus G (SPVG), Sweetpotatochlorotic stunt virus (SPCSV) y Sweetpotatoleafcurl virus (SPLCV). Estos virus fueron detectados en propágulos adquiridos en Romang, principal proveedora nacional. Ello llevó a efectuar estudios epidemiológicos en esta región. Muestras aleatorias de siete lotes de Romang y Las Palmas, con diferentes cultivares multiplicados localmente, fueron analizadas serológica y molecularmente para los virus del EA y para Sweetpotatomildspeckling virus, el que no fue detectado, en tanto el resto estuvo presente en todos los lotes. SPFMV y SPVG fueron los de mayor prevalencia (100%), seguidos por SPCSV (87,5%) y SPLCV (57,14%). La incidencia fue del 69,5%, 48,6%, 39,6% y 3,9% para SPVG, SPFMV, SPCSV y SPLCV, respectivamente. Los mayores valores de grado medio de severidad de síntomas (GMS) correspondieron a altas incidencias de SPCSV, sinergizante de los restantes patógenos. Lotes con GMS<2 no tuvieron infección o éstas fueron simples. Las cuádruples, triples y dobles en las que participó SPCSV, estuvieron asociadas con GMS>2. Los cultivos deben iniciarse con propágulos de sanidad controlada, multiplicados en cada zona bajo estrictas normas de manejo, y no de foráneos, que sólo favorecen la dispersión viral. La continuidad de esta tecnología reincorporará a horticultores que abandonaron el cultivo y activará las economías regionales.
Manejo de batatas con sanidad
La Ing. Agr. (Dra.) Liliana del Valle Di Feo, del Instituto de Patología Vegetal Centro de Investigaciones Agropecuarias IPAVE – CIAP – Inta Cooperativa Agropecuaria de Malabrigo Ltda, y el Ing. Agr. Mario Alberto Gerber, del grupo Cambio Rural II, brindaron algunas recomendaciones para el manejo de batatas con sanidad controla:
- Plantar las guías o plantines de primera multiplicación con sanidad controlada, provenientes del Grupo de Cambio Rural “Horticultores de la Costa” en un lote aislado de lotes comerciales de batatas (más de 400 metros).
- El lote donde se multiplican los plantines debe estar libre de malezas convolvuláceas (campanillas, suspiros y especies del género Ipomoea o Convovulus, que están emparentadas con batata y son reservorio de los virus de esta hortícola).
- El lote donde se multiplican los plantines de batata no debe haber tenido esta hortaliza anteriormente (rotación).
- Eliminar restos de cultivos y plantas guachas (suelen ser amarillas a causa de las virosis) de batata en lotes aledaños al lote de multiplicación.
- Realizar control periódico de, pulgones, moscas blancas, trips, etc., con aplicaciones frecuentes (semanales) de insecticidas específicos para su control.
- Utilizar estas guías (“semilla” de segunda multiplicación) para multiplicar y plantar los lotes comerciales.
- Las plantas provenientes de esas guías se irán contaminado con virus con el tiempo, por lo cual se aconseja realizar la plantación de “semilla” de primera multiplicación todos los años, hasta sanear la zona.