Tras muchos años de viajes, trabajo, coordinación y esfuerzo en común, la facultad de Ciencias Agrarias logró el primer caso de un graduado con doble titulación entre la UNR y la casa de estudios VetAgroSup de la ciudad francesa de Clermont Ferrand.
“Más allá de que ese profesional puede insertarse en un mercado laboral mucho más amplio sin hacer la reválida del título, esto le abre un sinfín de posibilidades nuevas. Son muy importantes los valores de la internacionalización en el proceso formativo de un profesional, abre la cabeza, permite ver las cosas desde diferentes enfoques, adquiere una visión del mundo distinta tanto quien va, como quien viene. Desde todo punto de vista, es un ganar-ganar” explicó el ingeniero agrónomo (MAT 82 2 0439) Hugo Permingeat, a cargo de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
¿Cómo empezó a gestarse esta historia?
Esto es el producto de una relación que empezó hace 8 años, en 2015, a partir de un convenio binacional entre el ministerio de Educación de Argentina y el ministerio de agricultura de Francia. Participamos 10 facultades, en Francia en realidad se llaman Grandes Ecoles, son 6 francesas y 4 argentinas: La UNR, la facultad de Agrarias de la UBA, la Universidad del Nordeste en corrientes, y la Universidad Nacional de Cuyo. Por Francia participaron casas de estudio de Paris, Dijon, Bordeaux, Clermont Ferrand y Rennes. Le pusimos como nombre al proyecto “Puma” (Proyecto Universitario de Movilidad en Agroecología), porque todos estamos trabajando dentro de ese campo disciplinario.
¿Cómo ha funcionado el proyecto hasta ahora?
A partir del convenio pudimos comenzar con la movilidad de los estudiantes, desde la facultad de Rosario mandamos 27 estudiantes y recibimos 27 estudiantes franceses. Era una movilidad por un semestre. El programa movió cientos de estudiantes de las 10 escuelas del consorcio.
¿Y cómo comenzó el caso específico del doble graduado?
Yo hice dos o tres viajes para acomodar mejor el programa y conocer las escuelas, y los coordinadores franceses vinieron a conocer nuestras capacidades y carreras. A raíz de eso, con una de las escuelas, que es la de Clermont Ferrand, fuimos un paso más adelante y firmamos este convenio de doble titulación. El gran desafío fue articular todo y poder armar ese convenio de doble titulación entre los dos planes de estudio.
¿Hay muchas diferencias entre los dos países?
El sistema europeo, que está regido por el tratado de Bologna, es muy distinto al nuestro, los planes de estudio en Francia son muy distintos. Es más flexible, allí el estudiante de agronomía va obteniendo su formación profesional eligiendo materias, mientras que acá tenemos planes rígidos (hasta ahora nuestro plan incluía 38 materias obligatorias, 4 talleres y horas electivas). Acá todos los agrónomos cursan las mismas materias, mientras que los franceses van eligiendo sus materias. Nosotros tenemos una formación más generalista y ellos más especializada. Adaptar estos dos sistemas nos llevó un año, estuvimos todo el 2020 trabajando para poder compatibilizar los dos planes.
¿Qué otra dificultad encontraron para compatibilizar los dos planes de estudio?
Otra característica es que en el plan de Argentina, la formación del ingeniero agrónomo abarca todos los aspectos productivos del campo y termina con la comercialización de las materias primas. En Francia cubre también desde la producción, pero si son agroalimentos llega hasta la góndola, el profesional tiene una formación también sobre la transformación de la materia prima en alimento. A eso se sumó que acá nos regimos por cantidad de horas en el plan de estudio, el estudiante tenía 3.724 horas de estudio en aulas, mientras que en Europa hay créditos y el ingeniero agrónomo se recibe si cursó 300 créditos europeos.
¿Qué pasa con la internacionalización de la carrera?
Allí aparece una última gran diferencia: el europeo si o si debe hacer un semestre de su carrera fuera de su facultad de origen, generalmente en otro país, sea otra facultad o una empresa, algo que lo lleve a la vida profesional. Tenemos algo parecido acá que son las prácticas pre profesionales, pero no tienen el mismo peso en la carrera. Todo esto hubo que compatibilizar.
¿Cómo se logro el convenio específico para la doble titulación?
El 20 de diciembre de 2020, año de la pandemia y mucha reunión virtual, logramos firmar el convenio de doble titulación: el estudiante de Argentina debe tener cuarto año de la carrera aprobado y hacer tres o cuatro semestres en Francia, articulando con el formato de ellos. Digamos que se alarga un poquito la carrera, pero el premio es el doble título de la UNR y de Clermont Ferrand.
Los beneficios de un doble título son enormes…
Más allá de que ese profesional (en este caso, se trata de Ignacio Ferrando Adín) puede insertarse en un mercado laboral mucho más amplio sin hacer la reválida del título, esto le abre un sinfín de posibilidades nuevas. Son muy importantes los valores de la internacionalización en el proceso formativo de un profesional, abre la cabeza, permite ver las cosas desde diferentes enfoques, adquiere una visión del mundo distinta tanto quien va, como quien viene. Desde todo punto de vista, es un ganar-ganar. Tuvimos la ventaja de que hubo una beca por parte de Francia para cubrir gastos, porque en Francia la universidad es arancelada, aunque sea pública. Este estudiante recibió una beca.
¿Se trata de un caso casi inédito?
Es el primer estudiante de las facultades de agronomía del país, hasta donde yo sé somos solo dos las facultades con convenios de doble titulación, creo que somos la primera en haber podido ejecutar esto para tener un doble titulado dentro de Agronomía.
Dentro de la UNR me parece que es el primer doble titulado, nos da alegría abrir caminos para potenciar esto. Estamos viendo de trabajar cada vez más fuerte en la doble titulación, algo que en Europa es muy común pero acá recién empieza.