Octavio Pérez Pardo, presidente de FADIA, expuso en el Congreso en el marco del debate legislativo sobre una ley que regule el uso de esos ecosistemas.
La ingeniería agronómica es una profesión con vinculación directa no solo con la producción sino también con el cuidado de la salud humana, los recursos naturales y el ambiente. Es por eso que desde la Federación Argentina de la Ingeniería Agronómica (FADIA) se metieron de lleno en el debate por la ley de humedales. El ingeniero agrónomo Octavio Pérez Pardo (MP 92149 CPIA SGO), presidente de FADIA, expuso en la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados de la Nación la posición de la institución en el marco del debate parlamentario por la ley de Humedales y compartió con legisladores la visión de más de 25.000 ingenieros agrónomos matriculados nucleados en consejos, colegios y asociaciones de ingenieras agrónomas e ingenieros agrónomos de 19 provincias de la Argentina. El documento presentado es el resultado de un trabajo realizado por ingenieros agrónomos de todo el país expertos en la temática que se constituyeron en una mesa de trabajo para analizar los proyectos de ley.
“Se hizo un análisis de los 10 proyectos que habían presentado en la Cámara de Diputados y cuatro en la Cámara de Senadores de la Nación a los fines de evaluar o analizar. Desde FADIA entendemos que los ingenieros agrónomos tenemos un rol muy importante en este tipo y en otros tipos de leyes donde se habla de manejo sostenible, donde se habla de sostenibilidad de los recursos naturales o de la producción, pues somos justamente la profesión que analiza, que estudia y que está preparada para dar respuesta a este tipo de problemática”, subrayó Pérez Pardo.
El presidente de la entidad que reúne a los profesionales de todo el país apuntó contra uno de los puntos centrales que se plantean en los proyectos de ley. “Entendemos de que es falso decir que la ley de humedales iba a resolver el tema de los incendios”, destacó, y recordó que está vigente la ley de manejo del fuego.
Pérez Pardo resaltó que “por su condición climática y por su suelo fértiles en Argentina se produce mucha biomasa vegetal, por lo tanto, sí eso no es manejado o controlado o monitoreado en Argentina va a haber fuego”. En rigor, destacó: “Lo que habría que tratar es de evitar incendios. La ley de humedales no es la ley que se ocupa del control o el monitoreo la asistencia a los incendios al control del fuego, sino que ya hay una ley para eso”.
Ley de manejo del fuego
Una de las premisas de la profesión es, junto a la sociedad en su conjunto, asegurar la protección y conservación de los humedales que existen en el país “en función de los innumerables beneficios que brindan a la sociedad en materia ambiental, social y económica”. Tomando esas referencias, Pérez Pardo planteó que “preocupa” la asociación directa que se hace al vincular Incendios con humedales y las afirmaciones de que se necesita una ley de humedales para detener los incendios.
“FADIA tiene el deber de manifestar que la problemática de los incendios supera al debate de los humedales, que se encuentra desarrollada en otras normativas vigentes que poseen un muy bajo nivel de cumplimiento. Esta ley no lo resuelve”, señaló.
Por otra parte, el presidente de FADIA reflexionó y explicó algunas características particulares de cada humedal: “Los humedales son ecosistemas muy valiosos en términos ambientales, dada su importancia en la provisión de servicios ecosistémicos y biodiversidad y también socioeconómico-productivos, por su enorme capacidad como proveedor de alimentos, materiales, medicinas, recreación y turismo. Hay humedales en el país donde son las únicas aéreas posibles para producir alimentos, como los mallines patagónicos, o algunos humedales en la puna muchas aéreas de regadíos cuyanos, donde el régimen pluviométrico no supera los 100/150 mm anuales combinados con temperaturas extremas. Aquí el humedal es quién garantiza la seguridad alimentaria. En contrapartida los humedales del Litoral argentino, con regímenes pluviométricos superiores a los 800/ 900 mm que son parte del mega humedal de la Cuenca del Plata donde se encuentran asentados más de 130 millones de personas, con 57 ciudades de más de 100.000 habitantes cada una, donde se genera el 70 % de PBI de los 5 países integrantes de dicha cuenca. Mega humedal que recibe importantes vertidos industriales, cloacales, residuos urbanos. Aquí también tenemos extensas aéreas con tierras fértiles y temperaturas medias que permiten desarrollar actividades agrícolas, ganaderas y forestales”.
Pérez Pardo subrayó que desde la entidad se considera “necesario que se ponga en valor los roles, contribuciones y conocimientos de hombres y mujeres, de los pueblos originarios, defendiendo la diversidad socio cultural productiva existente, atendiendo sus particularidades especificas y respetando los derechos en cada uno de los humedales del país”. Por ello FADIA interpreta que “una ley que pretenda ser eficaz en materia de humedales debería atender estas realidades bien diferentes, y para ella debe tener, la apertura necesaria para contemplar las grandes diferencias señaladas”.
Definiciones e inventarios
Al analizar los diferentes anteproyectos de ley en FADIA observaron que en muchos casos que para la definición de Humedales se toman las definiciones tanto de la Convención de RAMSAR, como la adoptada por el COFEMA que tiene su origen en los expertos nacionales del INTA (muchos de ellos ingenieros agrónomos). Sin embargo, a la hora de realizar estimaciones de Humedales, se coteja que para la misma definición, existen porcentajes muy disimiles (desde 9 a más del 23 %), notándose a toda luz, la ambigüedad existente para una misma definición. “La posición de FADIA es clara y está en línea con lo elaborado por el INTA que define de manera precisa los suelos hídricos o sustratos con rasgos de hidromorfismo”, se explicó en la presentación realizada en la Cámara de Diputados.
No obstante, FADIA advierte que en el caso puntual de algunos proyectos utilizan la definición emanada de los equipos técnicos de INTA, pero olvida consignar definiciones de los conceptos entendidos como Suelos hídricos o sustrato que le darán claridad al futuro inventario nacional de humedales. “FADIA entiende necesario e indispensable incorporar al texto de la ley las definiciones técnicas precisas con el objeto de clarificar el alcance del inventario a realizar. Estas definiciones se basan en conocimiento científico y en procedimientos estandarizados de medición”, precisaron.
Por otra parte, Pérez Pardo explicó que desde FADIA se propone que “las provincias sean las responsables de elaborar sus propios inventarios de humedales, en coordinación con el Estado nacional, con un proceso metodológico previamente acordado”.
“Entendemos que la ley de presupuestos mínimos no debiera ingresar en ese nivel de detalle, estableciendo prohibiciones o autorizaciones generales para todo el país. FADIA considera que, para una ley de estas características, alcanza indicar que las provincias deberán prestar especial atención en las regulaciones normativas vinculadas a certificar a través de buenas prácticas productivas, buenas prácticas para humedales, buenas prácticas ambientales, el cuidado y protección de los humedales”, indicaron.
Actividades y regulaciones
Asimismo, Pérez Pardo mencionó que muchas de las prohibiciones citadas en algunos anteproyectos son actividades que se realizan en muchos humedales para su adecuada conservación evitando su degradación.
El documento cita “la implementación de prácticas que generen vías de escurrimiento artificiales y el movimiento de suelos cualquiera sea su fin” y desde la entidad se apuntó que una práctica de conservación en tierras de regadío por inundación es la nivelación de tierras y la construcción y acondicionamiento de canales de drenaje para evitar degradación por salinidad”.
Además, se menciona “la introducción de especies exóticas -no nativas- con cualquier fin ya sea recreativo, productivo, deportivo, etc.” y FADIA explica que “la mayoría (podríamos hablar de más del 85 %) de las especies forestales, frutícolas, hortícolas, las semillas utilizadas para la producción de cereales y oleaginosas, así como las especies ganaderas de producción bovina, ovina, son exóticas no solo de argentina sino del continente americano”. Por otra parte, FADIA recuerda que estas autorizaciones de uso se ya encuentran reguladas por el estado argentino a través de las entidades tales como INASE, SENASA, CONABIA.
También se habla de “las actividades que impliquen monocultivos, cultivos intensivos y/o agricultura industrial”. Al respecto, desde FADIA se aclara que esta prohibición desalentaría la producción de monocultivos como los olivares, pimientos, aji, en áreas de riego Catamarca y La Rioja, las vides en las áreas de riego de Cuyo; las ciruelas, peras, en el Alto Valle, quínoa en humedales alto andinos, cebolla o melón en áreas de riego Santiago del Estero, arándanos en el Litoral, bananos en humedales de Formosa y Salta, y una “lista interminable”.
Sobre la liberación de contaminantes y residuos sólidos, al igual que en el punto anterior, en FADIA entienden que la ley de presupuestos mínimos no debiera ingresar en ese nivel de detalle, estableciendo prohibiciones o autorizaciones generales para todo el país ya que “todas las normas vinculadas al uso y aplicación de sustancias de síntesis químicas, biológicas de uso agropecuario son provinciales”.
Conclusiones
A modo de conclusión, Pérez Pardo compartió el último tramo de la presentación realizada en la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados de la Nación: “Una norma que generalice, para todo el país, estarían poniendo en riesgo la seguridad alimentaria en muchas comunidades del país y afectando la sanidad en la producción agrícola y ganadera. Existen y se encuentran vigentes diferentes normativas provinciales en materia de fitosanitarios, estableciendo los procedimientos seguros y el profesional que debe intervenir para garantizar la inocuidad de los alimentos y los procedimientos seguros de aplicación en las diferentes actividades agrícolas ganaderas y forestales”.
Por todo ello, FADIA entiende que la sociedad necesita leyes que sirvan para los propósitos que se pretenden alcanzar. “Leyes que tengan acuerdos básicos, con consulta previa con los actores involucrados, con un enfoque de gestión territorial integral, que equilibre factores productivos, desarrollo social y sostenibilidad ambiental, respeto al federalismo y al conocimiento científico aplicado. FADIA ve con preocupación que una ley de presupuestos mínimos, deba lograrse con apuro, más bien sugiere analizar la mejor manera de llegar al resultado que nuestro país requiere”, resaltaron desde la entidad, que tras la presentación en Diputados se puso a disposición de todos los legisladores que deseen seguir profundizando la base técnica, la dinámica productiva con sustentabilidad ambiental.
En suma, desde FADIA se destacó que “el desafío de nuestra sociedad es cambiar temor por conocimiento” y desde la entidad consideraron como positiva la postergación de la debate en plenario de comisiones proyectos de ley de humedales, ya que así todos los legisladores podrán analizar el tema tomando en consideración el aporte, el análisis, de los profesionales ingenieros agrónomos. “Que no se pierda la posibilidad de tener leyes eficaces”, subrayó Pérez Pardo.