Una jornada actualizó el estado del debate sobre el buen uso de los pronósticos y los muestreos para minimizar riesgos asociados al clima.
Tener datos y saber usarlos es clave para armar mejores estrategias productivas y poder, así, esquivar los potenciales riesgos asociados a una variabilidad climática cada vez más presente. Sobre esos ejes transitó la jornada “Condiciones climáticas del sur de Santa Fe”, organizada por varias entidades entre las cuáles estuvo el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Santa Fe 4ª Circunscripción (CIASFE 4).
“El agua es el recurso más limitante en la producción, por eso es fundamental ver el agua que cae del cielo, pero también la que está en el suelo. Hay que prestar atención a las lluvias y a la gestión del agua en el suelo, y existen herramientas para eso” dijo el ingeniero agrónomo Nicolás Sanmarti (MP 82 2 1458) durante la apertura de la jornada, en el panel “Clima local” cuyo eje fue el agua como recurso productivo.
Según el profesional existen dos grandes herramientas de diagnóstico: los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y los muestreos de agua útil en el suelo al inicio del ciclo de producción, lo que va a brindar una foto sobre la disponibilidad del recurso para la campaña. “En otoño/invierno las lluvias en la región rondan los 120 milímetros, partimos de un punto que ya nos ayuda a saber cuál es el panorama histórico”, dijo Sanmarti, para agregar que las precipitaciones otoñales son las que permiten la recarga del perfil del suelo y dejan cierta tranquilidad para el invierno.
El ingeniero agrónomo citó un estudio del Inta Manfredi que hace referencia a la importancia del agua útil en el suelo como predictor del rendimiento posterior: “estimaron que el agua de la siembra determina el 55% del rinde”, señaló. En relación a la importancia del muestreo, subrayó que cuantificar de manera precisa la cantidad de agua en el suelo y combinar eso con los pronósticos de lluvia son dos herramientas clave para armar una estrategia de manejo para el ciclo. “Vemos que se hacen pocos muestreos en general o que se hacen mal, porque no hay que olvidar que el perfil del suelo no es homogéneo. Siempre hay que buscar que la muestra sea representativa”, para agregar que se trata de una herramienta muy accesible desde lo económico que permite restringir riesgos en un contexto de alta variabilidad climática.
Cultivos de cobertura
Sanmarti también abordó el impacto de los cultivos de cobertura sobre el recurso agua, como resultado de un trabajo conjunto con los CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) para determinar el nivel de consumo de esos cultivos, y saber con mayor precisión cómo afectaron el desempeño de los cultivos estivales. “Con un cultivo de cobertura pudimos transformar el consumo de agua en materia seca, utilizarlo como un controlador natural de malezas y como fijador de nitrógeno, todas bondades que sirven ya que vimos que no producen una merma en la evotranspiración del agua”, remarcó el especialista.
Buena información para tomar mejores decisiones
Saber con la mayor precisión posible los datos relacionados con el recurso agua ayuda, y mucho, a tomar mejores decisiones productivas y a optimizar costos. Magalí Soria, docente de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Venado Tuerto, explicó durante su exposición “Riesgo hídrico ante escenarios de cambio climático en el sistema hidrológico Las Encadenadas” que no existe mucha información hidrológica específica sobre el sur de la provincia de Santa Fe, por lo que junto a un equipo desarrolló un modelo propio en base a los lineamientos del IPCC, el panel de expertos en cambio climático de Naciones Unidas, que cuenta con expertos en hidrología.
“Con una metodología propia Generamos valores medios mensuales para generar UNA simulación en el tiempo del comportamiento del sistema. A cada evento se le sumo otra simulación con diferentes escenarios de cambio climático. Eso ayuda por ejemplo a identificar zonas de amenazas para redes viales”, dijo la investigadora, para quien es muy importante recopilar y generar más y mejor información regional y local para contar con mejores herramientas a la hora de tomar decisiones sea productivas, sea de políticas públicas.
Conocer más para planificar mejor
“La meteorología es importante en todos los ámbitos, pero en el agro es fundamental. Sabemos que dependemos mucho de la variación climática y la idea es que eso no sea una variable al azar, sino que tengamos herramientas para minimizar al máximo los riesgos” señaló el meteorólogo Leonardo De Benedictis en su exposición “Perspectivas climáticas para la Argentina”. Para el experto si bien es imposible eliminar la posibilidad de un error, hoy hay herramientas orientadas a lo agropecuario que ayudan a planificar mejor la campaña y reducir u optimizar riesgos y posibilidades, como el pronóstico a largo plazo con modelado numérico.
“Los pronósticos son escenarios y planificar con un escenario probable ayuda a potenciar o paliar resultados futuros. Hoy es posible armar estrategias para evitar los peores impactos del clima, no vamos a poder modificar el comportamiento general del tiempo, pero vamos a poder adaptarnos mejor. Porque somos nosotros quienes tenemos que acompañar al clima, y no al revés, usando herramientas como el pronóstico y las estadísticas”, concluyó De Benedictis.
En primera persona
Ricardo Martin tiene una carta de presentación particular: es “meteorólogo empírico con diploma de honor del SMN”. Desde su pasión personal, construyó su propia estadística meteorológica de Venado Tuerto para armar un mapa no científico, pero sí riguroso, sobre el clima local. “Primero quiero decir que el SMN es el tercero más antiguo del mundo después del de Estados Unidos y del que tenía el Imperio Astrohúngaro”, explicó, para agregar que, si bien la meteorología aún tiene incógnitas, también ofrece muchísimas respuestas “y debe ser tomada en serio”.
En relación a cómo cambió el clima en la región en las últimas décadas, dijo que “más de la mitad de los 150 años del SMN los tengo registrados yo, algunos en cuadernos o carpetas. Empecé en los años 50, había poca información, escuchábamos las radios de Buenos Aires con un pronóstico muy escueto o lo que daban los diarios, pero no se le daba importancia al tema”.
Invierno frío y seco
A principios de junio se conoció el informe de la Guía Estratégica del Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) que señala que “se van acumulando las señales que indican que el trigo deberá enfrentarse a un invierno seco y frío”. El documento detalla que las heladas “tuvieron una rápida entrada en escena en el 2022” y que la primera se registró en la madrugada del 31 de marzo. “Hace muy poco también hubo un evento importante, el del 18 de mayo, en el que también se nota cómo el frío también se ensaña con la franja oeste, dónde hay menos agua en los suelos. Este es un factor temido en el sector porque las heladas aumentan aún más la desecación de las áreas más afectadas por la sequía”.
El informe GEA agrega que las circulaciones frías “están predominando sobre el clima de Argentina”, y que esa será la tendencia para los próximos meses. “Esto es una mala noticia para el trigo en la región pampeana porque lo mismo sucedió en el invierno y la primavera del 2020. Ese fue un año muy bueno para los rindes trigueros de Buenos Aires, pero muy malo para el resto de Argentina”.