El rol de los profesionales ingenieros agrónomos es fundamental para asesorar en el control de plagas y malezas.
Los jóvenes productores agropecuarios del norte santafesino se están animando a incorporar en sus planteos agropecuarios al algodón y desde el sector se entusiasman con que este tradicional cultivo en estas latitudes tome un mayor protagonismo. A diferencia de otros momentos en los que no había forma de que cierren los números, hoy el algodón es rentable y vuelve a ser elegido porque se adapta mucho mejor a situaciones de estrés hídrico que otros cultivos.
La última campaña algodonera fue muy buena en lo relacionado tanto a producción como a precios, ya que el mercado manifestó una mejora importante con respecto a la campaña anterior, durante la cual los precios habían tenido una disminución a causa de la pandemia. Se recuperó la superficie sembrada y hubo buenos rendimientos y calidad de algodón. Este año hubo por lo menos 20% más de superficie sembrada: mientras que el año pasado en Santa Fe se hicieron unas 50.000 hectáreas de algodón, este año están rozando las 65.000 o 70.000.
El rendimiento promedio sobre superficie cosechada en la provincia de Santa Fe fue de 2.320 kg/ha de algodón en bruto, siendo uno de los seis más altos desde 2001/02, según un informe de Asociación para la Promoción de la Producción Algodonera (APPA). El rendimiento promedio de las últimas 20 campañas es de 1.665 kg/ha de algodón en bruto.
Además, los datos relevados indican a nivel provincial un rendimiento de fibra al desmote promedio del 30,6% (±1,3%) por lote. Los casos extremo van del 26 al 37% promedio por lote, con rendimientos desde 265 kg/ha hasta 1.550 kg/ha de fibra promedio por lote. El promedio de las últimas 12 campañas se ubica en los 560 kg/ha de fibra, detalló APPA.
En primera persona
Cristian Zorzón, el presidente de la Asociación para la Promoción de la Producción Algodonera, contó que la mayor siembra del cultivo llega de la mano de la profesionalización de los establecimientos agropecuarios. En el norte santafesino se encuentran los tradicionales e históricos productores de algodón que año a año mantuvieron el cultivo, pero ahora se suman nuevas generaciones y existe una alta demanda de asesoramiento con ingenieros agrónomos para optimizar rendimientos y combatir malezas y las plagas típicas, como el picudo algodonero.
“En APPA somos unos 11 ingenieros agrónomos que asesoramos a alrededor de 110 productores en la provincia y algunos más del Chaco y de Santiago del Estero. Serán unos 130 productores”, relató Zorzón.
El mapa algodonero de la provincia está integrado por 149 empresas agropecuarias santafesinas, de las cuales 49 empresas corresponden al oeste de la provincia y 100 empresas agropecuarias al este. El presidente de APPA indicó que el perfil del productor agropecuario de un lado y de otro de la provincia es marcadamente diferente. Mientras que en el oeste se trata de productores más grandes, que rondan las 200 o 250 hectáreas y muchas veces se asocian con productores de Chaco o Santiago del Estero, en el este se trata de productores chicos que trabajan lotes de entre 40 o 50 hectáreas.
“El productor no tiene al algodón en su rotación fija, sino que depende de cada año. Es muy variable, hay años en que sube más y otros menos. En general el algodón dentro de la empresa agropecuaria representa una baja proporción y no está diagramado”, detalló Zorzón.
El presidente de APPA explicó que el productor hace algodón porque es mucho más estable que una soja. Los cultivos más estables en el norte de la provincia son el girasol y el algodón, también el sorgo pero no es casi rentable. “Si tuviéramos buen clima probablemente la soja sea más rentable pero no es siempre así. El período crítico del algodón se ubica fundamentalmente en los primeros días de enero y con una pequeña agua recargada en los perfiles el algodón aguanta. En cambio, el período crítico de la soja se ubica a fines de febrero y hay más probabilidades de que se seque y se queme. El algodón es una planta con antecedentes de clima desértico y en una condición de estrés hídrico aguanta mucho más”, detalló Zorzón sobre el avance de la soja en una zona que era típicamente algodonera.
El rol de los profesionales
Zorzón resaltó que con los cambios en el sistema productivo los “ingenieros agrónomos fueron fundamentales”, ya que el productor agropecuario tuvo que aprender otra forma de sembrar algodón. “Es un sistema más parecido a sembrar soja o maíz. El sistema de acortamiento entre líneas trajo aparejado un sistema diferente basado en reguladores de crecimiento y hay que tener en cuenta muchos parámetros”, detalló.
Acá entró a jugar fuerte cómo manejar los herbicidas para controlar las malezas, también monitorear las plagas como el picudo algodonero. “Hay un desafío enorme, el ingeniero agrónomo pasó a tener un rol importantísimo”, subrayó Zorzón, quien se mostró muy contento de que al cultivo esté sumando a nuevas generaciones de productores y de profesionales.
En los años 90, cuando se dejó de producir algodón -porque no era rentable- el productor pasó a soja y maíz. Ahora el nuevo productor no tiene los conocimientos necesarios para la producción de algodón y requiere la asistencia de los profesionales. “Quizá que sus abuelos habían hecho algodón, pero necesitan quien los asesores en cosecha stripper para hacer un algodón de punta. Los productores de 30 o 40 años ven en el cultivo de algodón una posibilidad concreta de ganar plata pero si no controlan todo, el picudo algodonero te puede arruinar el cultivo o te lo llevan las malezas”, subrayó el titular de APPA.
Hoy el sector en la provincia de Santa Fe “está en una situación muy buena”, viene de una exitosa campaña 20/21, está exportando a otros países y los precios siguen mejorando. Las expectativas son más que alentadoras para el cultivo por estos días. “Se recuperó la superficie sembrada y hubo buenos rendimientos y calidad de algodón. Este año hubo por lo menos 20% más de superficie sembrada, mientras que el año pasado en Santa Fe se hicieron unas 50.000 hectáreas de algodón, este año están rozando las 65.000 o 70.000”, precisó.
Cambios productivos
Tras la gran crisis de los 90, el cultivo logró resurgir a partir de cambios productivos. En la provincia de Santa Fe ahora se siembra una gran proporción -más del 90%- a surco estrecho de 52 centímetros, como se siembra una soja o un maíz. Eso permitió incrementar notablemente las productividades del cultivo, pero a la vez fue necesario reconvertir el sistema de cosecha por uno mecanizado llamado stripper, donde las cosechadoras van levantando los capullos y los someten a un sistema de pre limpieza, separando la perilla del capullo de la fibra. El proceso de crecimiento maduró cuando en 2016 el Inta Reconquista diseñó un prototipo de cosechadora stripper, que con el apoyo de APPA y tras la transferencia tecnológica a una empresa de la región se logró fabricar esta cosechadora autopropulsada y comercializar en la región.
Dolbi, fundada en 1962 en la localidad de Avellaneda, es la encargada de producir la cosechadora y enrolladora autopropulsada que permite realizar un promedio de 100 rollos diarios de 475 kilos de algodón. Y está elaborada con componentes 100% producidos en Santa Fe. La misma cuenta con un sistema de pre-limpieza que permite cosechar algodón con un rendimiento de 4.000 kilos por hectárea a una velocidad de 8 kilómetros por hora. Se trata de un equipo que se distingue por que se adapta a zonas de producción marginal, en donde no se obtiene la máxima calidad del cultivo y los costos se vuelven muy altos. El costo de recolección con un equipo estadounidense (John Deere) es muy alto.