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Viñas santafesinas: entre la pasión y una nueva oportunidad laboral

Gustavo Recupero es un ingeniero agrónomo nacido en la localidad santafesina de Carreras que, un poco por curiosidad y otro poco por influencia de un amigo, un día decidió patear el tablero de las producciones tradicionales para dedicarse a la vid en un territorio dominado por la soja, el trigo y el maíz.

La aventura productiva, que es 100 artesanal y ecológica, incluye a un amigo y a su hermano -también ingeniero agrónomo- y se llama “Viñas El Ñato” a modo de homenaje familiar.

“El viñedo empezó como un hobby y ahora es un trabajo y una pasión. Con la tendencia de salir de la masificación en la industria del vino hay una nueva movida de tomar el vino de la vid de donde proviene, lo que se llama un vino de origen. Así empezamos y ahora estamos metidísimos” explicó este profesional recibido en Rosario en el año 1987 que, hasta ahora “lo más cerca que había estado de una vid era para tomar vino”.

¿Cómo surgió este proyecto?

Encarar un proyecto de viñas fue un “nada que ver” con la profesión tal como la ejercí durante muchísimos años. De hecho surgió por una motivación que no fue propia sino de un amigo que es licenciado en enología y trabaja en la provincia de Mendoza desde hace un tiempo, en varias bodegas. Este amigo, que se llama Ariel Angelini, siempre me insistió para que hiciéramos un viñedo en Carreras, nuestro pueblo. Esa motivación fue la piedra fundacional de esta construcción a la cual nos sumamos para armar entre varios esta pirámide.

¿Cuáles fueron los primeros pasos que dieron?

Estamos haciendo viñedo en un pequeño lotecito que tenemos con mi hermano. Gracias al empuje de este amigo nos empezamos a meter en el tema y a trabajar porque es un rubro que demanda mucho esfuerzo, todo es a pulmón y con mano de obra propia. Cuando vas empezando te vas entusiasmando cada vez más. Mi hermano es el que está más pendiente del viñedo y conoce cada una de las plantas. Hay que decir que se ha convertido para nosotros en algo realmente apasionante que empezó como algo novedoso y se fue convirtiendo en nuestra pasión. Es apasionante hacer vino.

¿Buscan desarrollar el viñedo como una oportunidad de negocios?

Al menos en un principio el objetivo de la vid no tenía sentido comercial, nuestra idea era poder hacer vino acá y tomarlo entre amigos. Ahora el viñedo tiene 800 plantas y un potencial de producción cuando se estabilice, que es algo que pasa a partir de los 5 años, de 1.300 litros. Ese es su potencial, y si bien no es un gran viñedo para esta zona se trata de valores que son  importantes.

¿En qué etapa del proceso productivo están actualmente?

A partir de plantar las vides en el campo comenzamos a trabajar con cuatro variedades: chardonnay, cabernet sauvignan, cabernet franc y angelota, que es una uva muy especial para dar color. Primero empezamos a hacer vino con uvas ajenas para ir sumando práctica hasta tener las nuestras propias, ya que el primer año que cosechamos fue este.

¿Buscan trabajar bajo criterios ecológicos?

Vamos todos los días a la viña porque siempre hay algo que hacer y nuestra idea es que el emprendimiento sea lo más ecológico posible. No aplicamos herbicidas ni insecticidas, solo ocasionalmente si vemos algún ataque cerca de la ruta y en ese caso le hacemos control al hormiguero. Todo es manejo, y a esta escala el herbicida se puede evitar porque hacemos control manual. Pensamos que, en algún momento, tal vez precisemos usar algún fungicida, pero es algo sobre lo cual también estamos aprendiendo. Tuvimos un problema ya que un productor que tenemos cerca nos fumigó con un producto hormonal y nos hizo un desastre, lo que nos atrasó en plena floración.

¿Cómo pudieron encarar ese problema?

Hasta ahora vemos que la chardonnay es la que en apariencia mejor se comporta. Consultamos y nos informamos junto a mi hermano, porque si bien los dos somos ingenieros agrónomos tenemos poca experiencia en viñedos aún. Optamos por regar mucho para lavar lo hormonal y no podamos. Murieron muchas plantas, replantamos y bueno, nos complicó porque para este año esperábamos una producción mayor.

¿Existe formación sobre este tema en la facultad de Agrarias de la UNR?

Es un tema muy secundario en la facultad, mis conocimientos eran básicos y elementales, digamos que un punto de arranque sobre el cual me tuve que poner a estudiar. Adquirí algunos conocimientos mínimos y si bien estudiamos algo de fruticultura los temas de la vid eran muy marginales. Hay que decir que la zona nuestra no está basada en la vid a pesar de que en Santa Fe en los años 40 del siglo pasado había viñedos.

Hay una historia muy poco conocida allí…

Por toda la costa del Paraná desde San Pedro hasta Villa Constitución había viñedos, y creo que aún se hace alguna variedad llamada isabela. En Álvarez en los años 60 todavía había.

A pesar de esto no deja de ser una novedad incursionar con viña en Santa Fe…

Es una novedad porque se produce con otras varietales, las que ya mencioné más el Malbec son cepas nuevas para la zona y por ahora estamos aprendiendo para ver cual puede funcionar mejor. Entre Ríos fue una provincia productora en gran cantidad hasta la ley que prohibió hacer vino fuera de la región de Cuyo en el año 1930. A partir de allí el viñedo quedó borrado de la zona Litoral y se dejó de hacer vino.

¿Existen condiciones en esta zona para este tipo de producciones?

Si por supuesto, las condiciones permiten hacer vino en Santa Fe y son pocos los lugares donde no se puede. La característica de los suelos, sol y temperatura configuran una vinificación distinta que no es ni mejor ni peor, sino distinta. Después todo depende del paladar de cada uno. Esto es un desafío y un aprendizaje permanente porque todo el tiempo aparecen situaciones nuevas. Aprendemos permanentemente.

¿La vitivinicultura puede ser una opción profesional para los ingenieros agrónomos santafesinos?

No tengo dudas de que puede ser una nueva oportunidad profesional y puede ser una buena alternativa por ejemplo para los periurbanos. Sabemos las tensiones que a veces aparecen entre los productores en su convivencia con los sectores urbanos, y esto puede ser una alternativa perfecta. Nosotros cuando empezamos pensamos que esto puede ayudar a que circule más información sobre el tema, por ejemplo sabemos que hay otro emprendimiento del estilo en la zona de Arteaga. Esto es muy interesante porque podemos intercambiar información para mejorar, y empezar a ver con buenos ojos esta alternativa productiva. Desde lo económico y la rentabilidad estamos viendo porque recién empezamos a producir este año, el vino está en proceso y hasta acá no se diferencia mucho de otros, está interesante.

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